La amenaza final: calentamiento de los océanos

Los océanos del mundo han registrado un incremento récord de temperatura en los últimos años. Este calentamiento de la superficie del mar implica graves consecuencias para los ecosistemas marinos y el clima del planeta.

El calentamiento global es una amenaza para todos los seres vivos incluidos nosotros. Como es sabido, este calentamiento es consecuencia directa del exceso de gases de efecto invernadero generado principalmente por la quema de combustibles fósiles y la deforestación.

Desde inicios del siglo pasado, los océanos han absorbido alrededor del 90% del exceso de calor generado por el cambio climático. Como resultado, la temperatura superficial oceánica ha aumentado en promedio 0,1°C por década y hasta 0,4°C en las zonas más profundas.

Sin embargo, los estudios más recientes indican que los mares han registrado cifras récord de calentamiento en los últimos años. Los océanos han registrado una tasa de calentamiento de 0,075°C por década desde 1971 que se ha acelerado a 0,1°C por década durante este siglo. Esto significa que los océanos se están calentando mucho más rápido y por encima de lo proyectado a partir de los modelos globales.

Este calentamiento puede tener graves consecuencias para los ecosistemas marinos. Los corales, por ejemplo, son muy sensibles a los cambios en la temperatura del agua. Cuando el agua está demasiado caliente, los corales liberan a las algas que les dan color y nutrientes, un proceso conocido como “blanqueamiento de los corales”. Si el blanqueamiento es severo y persiste durante mucho tiempo, los corales pueden morir.

Además, el calentamiento de los océanos puede afectar a la vida marina en general. Los peces, los crustáceos y otros animales pueden tener problemas para adaptarse a las nuevas condiciones y algunos pueden incluso desaparecer. Esto, a su vez, podría tener un impacto en las comunidades humanas que dependen del pescado y los mariscos como fuente de alimento. Aquí destaca el riesgo de la acidificación del océano pues cuando el mar absorbe dióxido de carbono se vuelve más ácido. Aunque este incremento puede ser minúsculo puede tener un impacto enorme en los organismos que construyen conchas o esqueletos, como los corales y los mariscos. La acidificación del océano también puede afectar a los organismos más pequeños en la cadena alimentaria marina como las diatomeas, lo que a su vez puede afectar a las especies más grandes que dependen de ellos.

El incremento de temperatura de los mares también puede tener consecuencias para el clima global, afectando la circulación de las corrientes oceánicas y alterando los patrones climáticos. Esto puede resultar en sequías, inundaciones y tormentas más intensas en diferentes partes del mundo. El ejemplo más notable para nosotros son los eventos El Niño (ENSO por sus siglas en inglés) durante los cuales el calentamiento del Pacífico Central tiene impactos diversos en el clima del planeta desde lluvias intensas en la costa norte hasta sequías en la Amazonía o lluvias intensas en Australia.

Actualmente estamos saliendo de la fase fría del ENSO también conocida como La Niña. Este periodo frío habría enmascarado el rápido calentamiento de los mares. En esta fase neutral de transición hacia el estado caliente se especula que podríamos enfrentar un Niño de gran magnitud e impacto en nuestra región.

Para abordar el calentamiento de los océanos y sus consecuencias, debemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar el uso de energía renovable. También es importante proteger y restaurar los ecosistemas marinos, reducir la contaminación que llega a los mares para disminuir la cantidad de sustancias contaminantes que se acumulan en los peces y mariscos que consumimos. Además, es necesario tomar medidas para reducir la contaminación generada por las grandes ciudades, la cual tiene un impacto adicional en la salud y supervivencia de los organismos que viven cerca de ellas.